Harish es un niño de Karnataka, India. Perdió a su padre a una edad muy temprana, y fue su madre quien se ocupó de sacar adelante a la familia, pero no tenía medios para que sus hijos estudiaran. El día a día era complicado, ya que ella estaba gravemente enferma y no tenía a nadie que les ayudara. Harish no fue admitido en la escuela debido a su pobreza, así que cuando tenía 6 años comenzó a trabajar en un puesto de té, para servir té y fregar. Le pagaban fundamentalmente con algunos bollos de pan y té.
El personal de la Misión de Trabajo Infantil Don Bosco lo rescató del puesto de té, y poco después su madre falleció, por lo que su único consuelo era su hermano mayor. Al principio le visitaba de vez en cuando en la Misión, pero pronto le abandonó. A Harish le resultó muy difícil asumir todos estos cambios. De repente estaba solo en el mundo, pero en el centro Don Bosco ha recibido cuidados, protección y educación. Con el tiempo, se le brindó también asesoramiento psicológico, y comenzó a leer y escribir. Los misioneros que gestionan el centro Don Bosco, ayudado por Infancia Misionera, le han devuelto su infancia y su sonrisa. Ahora tiene la ilusión de seguir estudiando y, algún día, convertirse en trabajador social para cuidar a otros niños.
Fuente: OMP España

















































