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5 de junio de 2020

LA SOLIDARIDAD DE LOS POBRES SE HACE REALIDAD

Me piden que diga unas palabras sobre cómo estamos viviendo este tiempo de crisis en estas zonas olvidadas de Brasil. Y digo olvidadas porque allí llegan noticas de las grandes ciudades: Rio de Janeiro, São Paulo, Brasilia,… o también de la Amazonía. Pero Brasil es muy grande y no se conoce esta parte de lo que llamamos aquí el Nordeste. Un lugar especial, no conocido pero con una riqueza en las personas inmensas. Un lugar donde el color negro y la esclavitud serían su carnet de identidad, desde hace siglos pero que continúa hasta ahora.




Bueno y no me detengo en historia o cultura. Lo primero es dar gracias a Dios porque los Gobernadores de los Estados y los Alcaldes están siendo más razonables que nuestro presidente de gobierno. Recuerdo que el día 17 de Marzo el Gobernador de Bahía suspendió todas las clases y suspendió todos los desplazamientos en autobús por toda la Bahía. Yo al día siguiente tenía que viajar desde el Seminario en Feira de Santana a mi casa en Andaraí, pasando por una parroquia que estábamos en plena fiesta de San José. Ya el día 16 los curas vía whatsapp decidimos cerrar todas nuestras iglesias y suspender todas las actividades diocesanas, previendo lo que nos llegaba encima.

Desde entonces comenzamos a vivir nuestra incertidumbre. Estábamos comenzando el año y con un Plan Pastoral Diocesano para cuatro años y todas nuestras parroquia, durante el mes de febrero, habían elaborado el Plan Pastoral para este año 2020.
Y la gran pregunta ¿y ahora qué hacemos? Aquí en mis tres parroquias tuvimos el día 20 reunión de los Consejos Pastorales (recuerdo que fue muy cansado porque tengo una parroquia a una hora y media, la otra a 45 minutos y la otra donde vivo) para informar de la decisión tanto del Obispado como del Estado. Y comenzamos esta andadura.
Llegaban todas las grandes fiestas de Semana Santa, Pascua,… Fiestas grandes de los patronos de las parroquias y comunidades, un total de 42 con bastantes kilómetros, muchas de ellas superando los 100 Km. y superando la hora de desplazamiento. Unas comunidades que en dos Parroquias estaban empezando la mayoría. Dimos los primeros pasos de encuentros con los animadores (más bien animadoras) para comenzar la formación y la organización.

¡¡¡TODO HABÍA QUEDADO EN UNA SITUACIÓN QUE NADIE SABÍAMOS!!!

Y comenzamos cuidando la Iglesia Doméstica, grabando oraciones con las lecturas del día y enviando por whatsapp a todas las comunidades. Y celebrando el Domingo de Ramos con una grabación para bendecir los Ramos por las calles y una Eucaristía con cuatro personas en casa por facebook, Semana Santa y así durante todos esto meses con diversas fiestas de importantes como Pentecostés (conocida como la Fiesta del “Divino Espírito Santo” que es la fiesta más importante de toda la Chapada Diamantina”.

Pero eso es lo más fácil. La situación comienza a degradarse, y la crisis económica llega a lo más hondo de nuestras familias. El hambre física se ha hecho presente. Incluso con algunos problemas de abastecimiento, lo que provocan un aumento de los precios increíbles. Solo como ejemplo, el “feijåo” (las alubias nuestras) ha pasado de R$ 04,25 reales a R$ 09,75; el arroz de R$ 03,25 a R$ 06,20, todo en los sitios más baratos (pongo los precios en reales para que nos hagamos una idea de que se ha doblado en pocos días los precios de los alimentos básicos)

¡¡¡Llegó el hambre!!! Viejos, adultos, niños que muchos días se van a la cama con un poco de arroz o con un poco de leche en polvo, o con un bollo de pan francés que es más aire que harina, o incluso sin cenar. Muchos padres sin casi sin comer nada en todo el día para que sus hijos puedan comer.
Ante esta situación el gobierno, o mejor “desgobierno” ha dado R$ 600,00 a cada familia. Lo que entre otras cosas a provocado una colas inmensas en el único sitio donde se puede cobrar, que es el lugar donde se apuesta a los diferentes juegos de lotería de Brasil (“las lotéricas”), lo que ha provocado que se dispare el Coronavirus.

Y comenzamos a organizarnos con los diferentes grupos de wapsapp para que traigan a la casa parroquial alimentos y productos de limpieza. Y LA SOLIDARIDAD DE LOS POBRES SE HACE REALIDAD. Comenzamos a organizarnos. Primero visitas a las casas. Segundo organizar, higienizar y desinfectar los alimentos. Tercero, reparto. En total hemos repartido en los meses de Abril y Mayo lo que aquí llamamos “Bolsa de Familia” alimentos y productos de limpieza para 167 familias distintas (cada bolsa de familia pesa 30 Kg. Que de aquí en adelante tendremos que reducir) Para mí ha supuesto llegar a todas las calles, plazas de las comunidades en total de 39 comunidades la más pequeña de 40 familias y la más grande de unas 1.500 familias.

Y por último, todo esto ha supuesto una “reconversión ministerial”. Entender qué es lo fundamental para un sacerdote misionero en estas tierras, descubrir la experiencia de fe de las personas, vivir el compromiso de los laicos líderes en nuestras comunidades, asombro de las iglesias evangélicas hermanas que no tienen esta capacidad de compromiso misionero, y sobre todo “PURIFICAR MI FE Y MI MINISTERIO SACERDOTAL”. En resumen: el Espíritu Santo ya está allí cuando nosotros llegamos.

Serían muchos aspectos que podría compartir pero solo uno: Dar gracias a Dios por estar viviendo esta situación tan rara pero a la vez con una profunda experiencia de “escuchar a Dios desde el silencio de los pobres”; “comprender el ministerio desde otras claves de servicio a los hombres nuestros hermanos y a la creación nuestra casa”.


Doy gracias a todos los que desde mi Diócesis de Plasencia están preocupados y dispuestos a ayudar con su comunicación constante y con su aportación económica para estas tierras que, si ya eran pobres, ahora van a volver a la “pasada esclavitud”.

Que el Espíritu Santo nos ilumine, que la fiestas “juninas” (típicas en el nordeste) de San Antonio, San Juan y San Pedro nos ayude a profundizar en nuestra capacidad de vivir en profundidad el Encuentro con Dios en la oración, el Encuentro con Dios en nuestros hermanos que sufren y el Encuentro con Dios en la creación.

Un abrazo.

Julián Martín Paniagua
Sacerdote misionero placentino