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7 de mayo de 2018

TESTIMONIO DE LOS JÓVENES QUE ASISTIERON AL XV ENCUENTRO DE JÓVENES EN EL ESCORIAL



Compartimos la experiencia misionera que nos han enviado Ana y Antonio, dos de los jóvenes diocesanos que asistieron en el El Escorial al XV Encuentro Nacional de Jóvenes.






Nuestra experiencia del XV Encuentro Misionero en El Escorial a varios niveles:
- Como convivencia y relaciones interpersonales.
Nuestra experiencia y relación con los jóvenes ha sido muy positiva ya que durante todo el encuentro hemos tenido muchos momentos para conocer a otras personas que tienen las mismas inquietudes. Además se han proporcionado muchos momentos para compartir y conocer cómo los demás viven su Fe y si han vivido o quieren vivir una experiencia como misioneros.

- Como aprovechamiento espiritual.
Nos ha servido para fortalecer nuestra Fe ya que hemos podido compartir muchos momentos oración y reflexión. El encuentro ha estado muy bien enfocado puesto que además de las dinámicas y ponencias que se impartieron tuvimos de manera intercalada momentos para rezar y reflexionar tanto personalmente como de manera grupal.

Es muy interesante para nosotros descubrir como otros viven su Fe desde la misión, cómo Dios los ha llevado a otro país para ser testigos de su amor en cualquier contexto dándose a los demás.


- Como información para un futuro voluntariado.

En este aspecto nos hubiera gustado contar con más información. Conocimos a muchas personas que se iban de misión con diferentes organizaciones pero al ser de otras Diócesis resulta complicado. Suelen comenzar su labor en septiembre y tiene una necesaria formación como misioneros durante todo el curso. Debido a esto resulta difícil participar de estas experiencias con ellos y la accesibilidad es más reducida.

Una de las observaciones que hicimos fue la de para posteriores encuentros promover de manera más activa la divulgación de los distintos destinos de misiones. 


Conclusión

Fue un Encuentro en el que escuchamos y nos emocionamos con testimonios de misioneros de otras Diócesis, y que habían tenido la oportunidad de llevar el Evangelio a distintas partes de la geografía nacional y mundial.

Pudimos encontrarnos con una variedad muy nutrida de carismas, así como vocaciones misioneras: sacerdotes, religiosos y religiosas, familias misioneras que asistieron con todos sus miembros…


Personas hechas de distintas historias pero todas con un mismo nexo de unión: las ganas de querer salir al extraradio de esta sociedad en la que por fortuna vivimos, para llevar la fe y la luz donde no la hay.


Evidente fue el fortalecimiento de la fe, así como el estremecimiento con los numerosos testimonios escuchados en lo que era más evidente que Dios estaba presente en todo momento.



Para el amor y para Dios no existen fronteras, y esa debe ser la primera premisa del espíritu misionero. Hay que llevar a Dios a todas las personas porque el cristianismo no es un bien propio, sino para compartir, para anunciar, para llevarlo a cualquier parte del mundo.

Animamos a todas las personas a vivir una experiencia misionera, con la fe cristiana como premisa fundamental, para dar todo lo que uno tiene y para recibir con los brazos abiertos todo lo que los demás te darán.



                                                                                                   Ana Sánchez Vicente

                                                                                                   Antonio Guerrero Rodrígue
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                                           Colegio Sagrado Corazón de Jesús y Mª Inmaculada, Miajadas (Cáceres)


Ana, Antonio, Bea y Esther



Estimado Ovidio e integrantes de la Delegación de Misiones de Plasencia:

Somos Beatriz y Esther, dos primas segundas que hemos vivido y nos hemos querido desde niñas como primas hermanas. Veinteañeras, universitarias, una casi periodista de Madrid y la otra casi jurista y politóloga de Trujillo, fervientes de ayudar a los demás, nos decidimos lanzar a la aventura, por recomendación de nuestra tía religiosa, a vivir la experiencia del Encuentro Misionero en El Escorial que tuvo lugar hace unas semanas. Como muestra de agradecimiento nos gustaría compartir nuestra experiencia a varios niveles:




- Como convivencia y relaciones interpersonales

Siendo la primera vez que asistíamos a un encuentro de estas características eran muchas las cuestiones que nos surgían; como sería el encuentro, qué personas encontraríamos en él, cómo nos sentiríamos nosotras formando parte de algo así... y nos sorprendimos el último día haciendo repaso de todas ellas y llegando a respuestas tan positivas.

Para nosotras ha sido enriquecedor y gratificante vivir una experiencia como esta. Conocer gente de todos los puntos de España, de todas las edades, tan aparentemente diferentes a nosotras con las que quizás en nuestra vida cotidiana no nos relacionaríamos, y que hemos podido conocer gracias a este encuentro.


A pesar de la diversidad de edades que se podían apreciar, nos sorprendió mucho y para bien, la cantidad de jóvenes que como nosotras tienen tantas ganas de ayudar a los demás. Ser conscientes de que todas las personas que nos reunimos desde todos los puntos de España, muchos vinieron única y exclusivamente para ello, ese fin de semana en Madrid con un mismo objetivo fue sorprendente y emocionante para nosotras.


Es una experiencia que recomendaríamos a cualquier persona.


- Como aprovechamiento espiritual

Puede que la vocación no fuese el principal motivo que nos llevase a este encuentro, como pudimos conocer que les ocurrió a otras personas, pero sí nos llevaron a él las ganas que tenemos de querer ayudar a los demás, y eso en cierto modo, también es vocación.

Gracias al encuentro pudimos reflexionar cómo quizás no lo habíamos hecho antes. Reflexionar sobre lo que nos había llevado hasta allí. Sobre qué podemos mejorar de nuestra vida y de nosotras mismas y en especial, sobre el camino que queremos llevar a partir de ahora. Ese fin de semana nos dió la oportunidad de parar durante un par de días nuestras vidas y dedicárnoslo a nosotras mismas.

Ambas destacamos un momento que nos hizo reflexionar profundamente, que fue de manera conjunta en la capilla, en el que algunos compañeros compartieron sus testimonios sobre cómo habían descubierto personalmente a Dios, durante sus vidas y sus experiencias. En ese momento, nosotras fuimos conscientes de que Dios estaba allí y él quería que estuviésemos escuchando y compartiendo con esas personas ese fin de semana en El Escorial.


- Como información para un futuro voluntariado

Si de algo salimos convencidas ese fin de semana es de que vamos por buen camino. Conocer las experiencias de otros misioneros nos ha sido muy útil para reafirmarnos y estar más convencidas de que queremos ayudar a quienes más lo necesitan.

Esperábamos que fuese algo más práctico o informativo, en cuanto a destinos o pasos que debemos seguir para poder convertirnos en misioneros, pero bien es cierto que los testimonios de los compañeros han aumentado mucho más nuestro interés para movernos e informarnos.

Esperamos que estas palabras reflejen en cierto modo todo lo que ha supuesto y nos ha dado personalmente este encuentro. Agradecerles una vez más la oportunidad de ir con su Diócesis.


Un fuerte abrazo,



                                                                                        Beatriz Pascual y Esther Martín